La tecnología ha desempeñado ya por largo tiempo un papel clave en la industria minorista.

Ya que facilita cadenas de suministros, establece comunicaciones entre sucursales, y ofrece comodidad para el cliente, la tecnología ha posibilitado el crecimiento del sector minorista para convertirse en el negocio multimillonario global que es hoy en día.

Wal-Mart, el minorista mundial más grande y de más alto rendimiento reconoce este hecho y a menudo ha difundido su afirmación de que la tecnología es parte integral de su éxito. Por ejemplo, las operaciones diarias de la compañía están óptimamente calibradas por la tecnología digital. Usando sistemas computarizados inteligentes de reaprovisionamiento, las unidades de gestión de inventario de Wal-Mart contribuyen a un ahorro sustancial en dólares y a prevenir la acumulación de mercadería estancada. Se pueden automatizar también muchos procesos, permitiendo reducir costes operativos y aumentar la productividad laboral. Mientras tanto, el software avanzado en analítica minorista también da a Wal-Mart considerable ventaja en lo que toca a negociar costos al por mayor con sus proveedores.

Los costos renegociados a su vez, ofrecen oportunidades para el aumento gradual de los márgenes de utilidad, ya sea manteniendo los precios al por menor o presionando la bajada de precios para impulsar la demanda del consumidor.

El software de punto de venta también ofrece información crucial sobre la conducta de compra, incluyendo datos simples tales como qué artículos tienden a ser adquiridos juntos. Conocer tal información permite la colocación estratégica de artículos en pasillos o estantes concretos, mejorando la comodidad del cliente y contribuyendo significativamente a las ventas.

Aunque, ciertamente no al grado que lo hace Wal-Mart, otros minoristas con menos capitalización todavía pueden implementar tecnologías inteligentes y cosechar los beneficios que cambian el juego. Además de las tecnologías que mejoran la eficiencia operativa, existen las que refuerzan la marca, el marketing, y otros aspectos que orientan hacia adelante al negocio minorista. Los teléfonos móviles, tablets, y las redes sociales son ahora intensamente usadas por minoristas para construir marcas, generar contactos, gestionar bases de consumidores, y convertir una conexión de negocios con los clientes diseñada especialmente en ventas.

Para los establecimientos físicos, la informática geolocalizada es una gran ventaja que ha demostrado ser de ayuda para atraer a clientes de último minuto a las instalaciones del distribuidor minorista.

Los restaurantes y las tiendas de marcas privadas son algunos de los mejores formatos de venta minorista que se benefician de esta tecnología. El uso de las aplicaciones móviles también ofrece distintas ventajas, que van desde las campañas agresivas de marca hasta maximizar el confort del cliente como se demuestra en el uso creciente de teléfonos inteligentes como dispositivos de punto de ventas.

Los códigos QR, las pantallas digitales en tiendas y los dispositivos informáticos portátiles están transformando el modo en que la gente compra distintos bienes de consumo. Algunas tiendas usan ahora el formato híbrido de venta minorista que integra el confort del comercio electrónico en un entorno físico. Los clientes consiguen inspeccionar personalmente la mercancía y adquieren información adicional del producto en medios audiovisuales enriquecidos a través de pantallas táctiles o tablets dentro de las tiendas como iPads.

Mientras que, para mantener a los clientes remotos interesados, informados y con ánimo para las compras, las redes sociales suministran una gama creciente de interacciones atractivas para los clientes.

Desde juegos que recompensan a los ganadores con premios significativos, hasta páginas de perfiles y videos que muestran el rico legado de una marca, las redes sociales animan a los clientes a comprometerse con marcas de distintas maneras. Un uso de las redes sociales es la evolución del producto, donde se obliga a los consumidores a participar brindando opiniones, quejas, sugerencias y otros aportes que podrían ser usados para diseñar nuevos productos y procesos o mejorar los ya existentes.

A medida que más y más consumidores permiten que la tecnología se convierta en parte integral de su estilo de vida, los minoristas aplican cada vez más tales herramientas para obtener ventajas y rendimiento.